martes, 16 de junio de 2009

¡ QUE PAIS !

SORPRESA, INDIGNACION Y ASOMBRO deja el radical cambio del Primer Ministro, Yehude Simon Munaro, al proponer la derogación de los decretos leyes duramente cuestionados por un sector de la oposición, las oneges y los dirigentes nativos, que tiene un sangriento saldo de 34 personas muertas.
Nadie tiene porque colocarse como descifradores de las decisiones del gobierno que ha quedado desubicado ante el conflicto generado por un conjunto de leyes, que en primera instancia, fueron considerados modernos y, sobretodo, que respeta las grandes extensiones de la selva; y, en segunda instancia, hoy convertidas en una verdadera bomba de tiempo contra los nativos peruanos.
Como entender estos dramáticos cambios políticos: Toma de carreteras, detenidos, muertos, congresistas suspendidos en sus funciones, paros en dos o tres provincias de regiones y ahora amenaza de vacar al Presidente de la República, Dr. Alan García Pérez.
Qué le faltó al Primer Ministro, si recibió todo el poder que su alta investidura le enmarca? donde falló Yehude? No tuvo el nivel ni la visión de Estadista para el cargo? Porqué no coordinó con los Ministerios de Defensa, Interior, Presidentes Regionales, Alcaldes e instituciones vivas ligadas al conflicto? Porqué espero tanto tiempo para ceder al final? Porqué se dejó intimidar por un sector de periodistas dedicados a soliviantar a los nativos? Porqué permitió que sectores de la oposición ganarán espacio en la selva? O es que nunca estuvo preparado para asumir tan elevada responsabilidad?
No es fácil dar una respuesta ante las interrogantes que hoy solo nos ubica al borde de la falta de autoridad del Estado, el Gobierno y el partido que ganó las elecciones y, por supuesto, cobra una especial actualidad esa frase "QUE PAIS", lleno de contradicciones, de incomprensiones y duelos verbales de enemigos irreconciliables que buscan el caos, la anarquía y la violencia en el Perú.
En su columna habitual, Mirko Lauer, hace un apretado análisis de que lo sucederá ante la llamada capitulación de Yehude Simon Munaro, ahora también considerado ex primer ministro.
Motor de la crisis: ¿funcionará el retroceso?
Por Mirko Lauer

Una declaración de Alan García informa que el poder para la solución de la crisis ha sido transferido a un grupo de ministros, presidentes regionales y apus amazónicos. Lo cual ha sido leído por algunos medios como una manera oblicua de abrirle la puerta a la derogatoria de las leyes en discordia, y emprender un camino de conciliación.
Sin embargo este podría no ser un camino tan automático como parece a primera vista. Pues si bien la derogatoria aparece como la piedra de toque de la protesta en el país, es evidente que hay sectores que desean ir más allá con reclamos de renuncias que llegan hasta el propio Presidente de la República.
Lo que se descubrirá en las próximas horas es si los poderes del grupo de debate y decisión establecido van a tener algún efecto desmovilizador. Sobre todo en el caso del paro nacional de 72 horas que han empezado a convocar para dentro de tres semanas diversas organizaciones, animadas por el dinamismo que mantiene la protesta en varios puntos del país.
La sensación en este momento es que buena parte de la dirigencia amazónica está concentrada en lograr la derogatoria, pero que hay otros sectores que ven eso como una plataforma para infligirle al gobierno una derrota política más seria que eso. Por ejemplo una desestabilización en regla que obligue a cambios de corte constitucional.
Por el camino la crisis ha producido algunos fuertes efectos secundarios: un aún mayor deterioro de las relaciones con Bolivia, un rompimiento terminal de palitos con izquierdas de todo tipo, la fuerte sugerencia de una dificultad para cumplir al 100% los compromisos del TLC con EEUU, una campaña internacional de medios y ONGs contra el gobierno.
Un efecto adicional es que la crisis ha ubicado a García al centro de la tormenta política como, mutatis mutandis, sucedió a partir del retroceso de 1987 frente a la propuesta de estatización de la banca. Solo que esta vez los disparos vienen del otro lado, y el Ejecutivo tiene muchísimos más recursos que entonces.
Pero si el gobierno tiene un trío de rostros que reciben de lleno el grueso de los denuestos, con Alberto Pizango fuera de juego la protesta no tiene un liderazgo que se pueda llamar, digamos, orgánico. Ollanta Humala ha mostrado lampos de radicalidad, pero luego de cada uno de ellos se refugia en momentos de cautela inocultablemente electoral.
Esta inorganicidad del liderazgo en el mediano plazo quita fuerza a la protesta, pero en lo inmediato le complica al gobierno el tema de la negociación. Los apus amazónicos han sido un lugar bueno (o más bien obvio) al cual acudir, pero está claro que en algunos sectores una pax amazónica no va a calmar las aguas.
Sin lugar, a duda el punto de vista de Mirko Lauer marca, pues, un análisis que nos pone en la verdadera mira ¿SIRVE PARA ALGO EL RETROCESO DE YEHUDE? ¿ A QUIEN LE HIZO EL JUEGO?
Otro opinólogo Ricardo Vásquez Kunze también coincide con nuestra mirada al conflicto, pero va un poco más allá y nos ofrece su análisis
¿Y el Perú?
Ricardo Vásquez Kunze
Las reacciones luego de los muertos de Bagua me indican que aquí lo que menos importa es el Perú.
Porque a los bandos ideológicos de derecha y de izquierda resucitados como decía en mi artículo anterior, se suma ahora el poderoso sentimiento social y político de “mi pequeño terruño”, con todas las consecuencias culturales y raciales que esto pueda tener para un proyecto de nación.
La izquierda ha desnudado su vieja estrategia de que “a más muertos mejor para mí”.
Lamentablemente para ella, esta vez, la mayoría de cadáveres vinieron del “otro lado”, del “Estado burgués y reaccionario” y de sus “órganos de represión”.
Este hecho inesperado, porque se supone que en un acto de represión, el pueblo es el que muere masivamente en manos de la policía y no viceversa, ha puesto la pica en Flandes.
Demuestra cómo la izquierda, en vez de aliviarse por un desenlace que pudo haber tenido un terrible saldo de muertos civiles, trata, a como dé lugar, de encontrar cadáveres debajo de los nidos del tucán.
Y aquí el cinismo no tiene límites.
“Historiadores” como Nelson Manrique dicen, sin inmutarse, que mientras los muertos que se tiran al mar aparecen, los que se lanzan a un río no aparecen jamás y por eso se explica que solo se puedan exhibir nueve civiles muertos.
Otros arguyen que es imposible que solo sean nueve los civiles fallecidos teniendo en cuenta la potencia de fuego de lanzas contra los AKM. A todo esto se suman periodistas que hacen de los rumores, hechos.
Y en base a aquellos pontifican, como Beto Ortiz, que en Bagua se habría consumado una ¡limpieza étnica!, sin que a sus invitados Augusto Álvarez Rodrich, Patricia del Río y el señor Marco Sifuentes se les mueva una ceja.
¿Qué clase de periodismo es ese? ¿Magaly TV?Pero mientras la izquierda busca muertos para su molino, la derecha descerebrada los exhibe sin pudor. Alan García y su compañía parecen estar felices, más bien, de que la mayoría de muertos hayan sido “suyos”.
El spot infame, exhibiendo cuerpos destrozados que no tienen ningún derecho de mostrar al público, porque no se los han mostrado ni a sus familiares (llegaron en ataúdes sellados), delata que lo único que les importa es salvar sus cuellos a costa de los pobres policías que mandaron al matadero.
Yo me pregunto si hubieran exhibido así de frescos los cadáveres de los ex ministros apristas Orestes Rodríguez y el general López Albújar, asesinados por Sendero, para “sensibilizar a la población sobre el extremismo y el terror”.
No es de extrañar entonces que si izquierda y derecha lloran solo por “sus” muertos, imaginarios o no, desde Bagua hasta Puno, se atice el sentimiento de que “esto es mío y no tuyo”: Mi agua, mi bosque, mi cerro, mi mina, mi ruina. ¿Y a todo esto, qué fue del Perú?
Realmente, desde nuestro blog hemos mantenido el equilibrio y la ecuanimidad para dar un derrotero, una visión y un valor genuino a nuestro Perú y nos ha permitido poner en blanco y negro, con nombres y apellidos, de los periodistas que se convirtieron en voceros del terror, del vandalismo y la muerte y que hoy pretenden cubrirse con un sambenito "el gobierno no tuvo capacidad para enfrentar la conspiración". "el gobierno no pudo negociar cuando sabía que manipulaban a los nativos", "el gobierno no tuvo capacidad para denunciar a los agitadores y azuzadores del humalismo"...
Que lindo se lavan las manos: Hoy viven en el recuerdo la apología a la confrontación de Rosa María Palacios, desde Prensa Libre; el exceso informativo contra el Perú, cuando Primera Edición incitaba a los actos vándalicos; "Cuarto Poder" y Canal N genuinos voceros de la destrucción del Perú.
¿Intereses? Claro que si que responden a intereses fujimoristas, toledistas y humalistas...NO PODRAN NEGARLO
Ahora qué nos dicen que se pudo evitar, que defensa el estado de derecho, protejamos la democracia...Eso cuento ya nadie les cree...

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