sábado, 27 de junio de 2009

NOS DEFENDEMOS O NO NOS DEFENDEMOS?

Una gigantesca bronca global, a través del internet, se ha desatado entre los blogers peruanos producto de la reciente bronca radial entre Cecilia Valenzuela, ex director de la "Ventana Indiscreta", y Patricia del Rio, periodista de Radio Programas del Perú.
El debate lo han colgado en varios blogs y cada uno puede sacar sus propias conclusiones, pero la enorme y gigantesca pregunta: ¿Saben los blogers de los dos flagelos que soportó el Perú en los últimos 20 años? ¿Saben que el senderismo mató a más de 30 mil peruanos? ¿Recuerdan los atropellos del fujimorismo? ¿ Saben que hubieron periodistas que fueron "tontos útiles" del senderismo? y ¿Saben que muchos periodistas que se presentan como "independientes" trabajaban mirando de costado y llenando sus bolsillos del billete del fujirmorismo?, entre otras perlas de los latrocionios del fujimorismo y senderismo.
La pelea de fondo, la discusión clave y la polémica vital, como es natural, la defensa de los más pobres, la inclusión de los más necesitados de nuestro país.
Es el compromiso inherente de todos los peruanos, de todas las condiciones sociales; y lo más no podemos ser indiferentes a esa situación. EN ESO TODOS ESTAMOS DE ACUERDO.
Sinembargo, bajo esa realidad no se puede justificar la reacción absurda, tonta ¿o interesada? de algunos periodistas, que so pretexto de la libertad de expresión, defiendan como "verdades absolutas" las posiciones extremistas de políticos radicales y movimientos de extremistas que socavan la democracia y atenten contra la libertad ciudadana.
Por eso nos preguntamos ¿Nos defendemos? o ¿No nos defendemos? No podemos quedarnos con los brazos cruzados y mucho menos ser convidados de piedra mientras que un sector creen que se han apropiado de la "verdad absoluta", "los únicos correctos" y "los dueños de la verdad".
Tenemos casos de irresponsabilidad informativa: Cómo es posible que una señora periodista como Patricia del Río se considere "neutral" cuando se requiere de definiciones claras y contundentes para desbaratar a los peruanos que se están convirtiendo en enemigos de los propios peruanos. Acaso la señora Del Río y la secuela de periodistas que la respaldan no cree que las movilizaciones en el interior del país ¿No están financiadas por movimientos que buscan derrocar a la democracia? ¿Cómo cree que se movilizan desde sus lejanas comunidades los nativos y los campesinos? ¿Quienes pagan esos camiones ? ¿Cómo hacen para permanecer 50 días para vivir cuando tienen un pueblo, localidad paralizada?
En ese sentido, hoy Hugo Guerra Arteaga, columnista de El Comercio, nos ofrece una opinión que merece una reflexión:

RINÓN DEL AUTOR
Dejémonos de hipocresías
Por: Hugo Guerra
Desconcertado lector, resulta sumamente difícil entender por qué en Sicuani ciertas organizaciones campesinas rechazan la minería, la construcción de una hidroeléctrica y hasta la instalación de redes de agua potable con financiamiento… salvo que el Estado asuma directamente una inversión millonaria.

La reacción más tonta es tildar a los indígenas de necios, porque en cualquier parte de nuestra nación, nadie es tan irracional como para rechazar servicios básicos que implican comodidad y salud.

Por lo tanto, las explicaciones sobre supuesta ignorancia no tienen sentido. Hay, sí, una dimensión cultural insoslayable: en el mundo rural, especialmente andino, existe una cosmovisión de especial vínculo con el medio ambiente y la naturaleza, de la cual provienen símbolos sagrados como precisamente el agua y la propia tierra. Cuando el pueblo siente que esos recursos pueden correr peligro, se generan reacciones que pueden parecer excesivas a la luz de lecturas occidentalizadas.

Pero, aun atendiendo las complejidades étnicas quechuas y aimaras, la actual reacción de la gente en Canchis y Sicuani excede interpretaciones de buena fe. La revisión de la “plataforma de lucha”, en la que se exige la renuncia del presidente de la República aparte de numerosos pedidos absurdos, demuestra que se han exacerbado los temores sobre daño ecológico; y sobre la base del miedo se azuza hasta el punto de poner a la masa indígena en el umbral de la rebelión.
Los informes de inteligencia policial publicados por este Diario demuestran, justamente, que detrás de la protesta social en Sicuani (que sí tiene algunos puntos atendibles) están Sendero Luminoso, cuya organización se está reactivando impunemente hasta que se produzca un gran atentado urbano; y el MRTA, financiado por el chavismo, que ahora actúa con su brazo político llamado Patria Libre. De ambas bandas terroristas provienen, entre tanto, los miserables que ahora nuevamente amenazan a los periodistas de El Comercio por ponerlos informativamente al descubierto.
Adicionalmente otros grupos violentistas vinculados al Sutep y Patria Roja (cuya dirección nacional no controla a todas las bases) contribuyen al desborde que también se produce en otras partes del país.
En Apurímac, por ejemplo, la violencia reciente estuvo a cargo de los “antauristas”, es decir los mismos reservistas que pocos años atrás protagonizaron el crimen del “andahuaylazo”. Además, es ya innegable que sí hay operando en el Perú infiltrados de Bolivia, Ecuador, Venezuela y Paraguay (donde debe rastrearse el origen de la postulada “Nueva República Andina de fronteras cerradas”).
En suma, hoy técnicamente el Perú está en una situación preinsurreccional que tiene raíces propias, pero vinculada a un complot internacional. Negarlo por pura politiquería o por posición ideológica afín al extremismo solo es explicable por desinformación o complicidad.
Usted, buen lector, verifique el discurso de ciertos politicastros y sus corifeos mediáticos y decida a quién le asigna cada una de esas etiquetas.

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