Otra de Donayre

Me parece bien que existan colegas que coincidan con uno sin necesidad de conversar ni de intercambiar ningún email. En el comentario de Angel Páez publicado hoy en el diario bitinto analiza las otras huellas que ha dejado en el camino el general de la sonrisa en ristre, tras dejar la Comandancia General del Ejército, en olor a multitud. Leamos.


El candidato. Por Ángel Páez

Si lanza su propia candidatura o algún partido o alianza lo postula, Edwin Donayre Gotzch podría encarnarse en un caudillo militar de duro pero atractivo discurso populista, enfilando contra los políticos tradicionales “que no sirven para nada” y los “caviares” que pretenden la desaparición de las Fuerzas Armadas con juicios por violaciones de los derechos humanos; prometiendo la derrota total de los senderistas del VRAE y el Huallaga, y desatando un rabioso antichilenismo que en cualquier proceso electoral prende rápidamente. Pero hay algo más. Donayre cuenta con el respaldo de un importante sector de la prensa. Por supuesto, no es esa prensa a la que él llama “mermelera” y “vendida por un plato de lentejas”. No, tampoco es la prensa que lo levanta en hombros y celebra sus chistes.Es la prensa que ya habla de su proyección como político y que contribuirá decisivamente en la fabricación de su candidatura. Es, también, la prensa que azuza el antichilenismo.
La supuesta “pachotada” que generó una crisis con Chile no es sino expresión genuina del pensamiento de Donayre y de un sector de las Fuerzas Armadas respecto al vecino del sur. Por su cercanía con el presidente Alan García, el general en retiro logró cambiar el diseño de la estrategia defensiva cuyo presupuesto originalmente en un 70% correspondía a la FAP. Hoy el Ejército tiene ese 70%. Cuando Donayre lance su candidatura, también rugirán los tanques.

Me parece bien que cualquier peruano aspire a los cargos que mas se ajustan a su personalidad, caràcter y temple, pero lo que estaría mal -según me han pasado el talán - que nuestro amigo, el general de la sonrisa en ristre, se deje manosear por un conocido empresario pirotécnico, quien le habría hablado al oído con muy malas intenciones. Espero que el General Donayre se de cuenta a tiempo.