viernes, 1 de mayo de 2009

VIVA EL CHUPONEO EN EL PERU...

La decisión de la Tercera Sala Anticorrupción, de no acusar por asociación ilícita a Rómulo León Alegría y Alberto Quimper, ha provocado escozor en los periodistas (ex fujimoristas Rosa María Palacios, Augusto Alvarez Rodrich y ex troskistas Raúl Wiener) considerados los alides de la lucha contra la corrupción.
Además el fallo no considera como prueba los audios grabados ilegalmente donde dos fanfarrones ponen al descubiertos sus andanzas en los pasadizos de los ministerios, PetroPerú y PerúPetro, que causaron un remezón político que provocó la renuncia del gabinete Del Castillo.
Lo central de este sonado caso es sencillo: Hasta este momento NO SE HAN ENCONTRADO NI ENRIQUECIMIENTO ILICITO NI COIMA ALGUNA, ES DECIR NO EXISTE, UN SOLO NEGOCIO REALIZADO POR EL DOMINICANO FORTUNATO CANAAN CON NINGUN ESTAMENTO DEL ESTADO, es decir no sacó ni una obra en nada de nada, ni hospitales, ni pistas ni carrteras, ni lotes petroleros ni nada.
Ese es la realidad del asunto: NO HAY NADA.
Y si no hay prueba de nada, entonces de qué se le puede acusar a quien y de qué.
Ahora los "señores" periodistas Rosa María Palacios(Prensa Libre), Alvarez Rodrich (Ex Director de Perú 21 y columnista de La República, Martha Rodríguez (Esta fujimorista convicta y confesa directora de Primera Edición de América Televisión), Laura Puertas (Directora de Cuarto Poder) y Raúl Wiener (La Primera), quieren que como sea el Poder Judicial y el Ministerio Público acuse y condene porque a ellos les da la gana a los que consideran culpables o responsables es un absurdo total.
Así de simple y sencillo: Si no hay delito de qué se les puede acusar y a quien.
Claro si nos preguntamos porqué esa reacción de estos señores periodistas?
Es sencillo:
Resulta que en la última sesión del pleno del congreso, el parlamentario Del Castillo denunció el seguimiento que fue objeto su colega Miguel Guevara Trelles por los chuponeadores de Bussines Track, durante el proceso de investigación de los negocios de la empresa petrolera PetroTech, que no quería pagar de 38 millones dólares al Estado.
Y precisamente, el legislador piurano era el presidente de la comisión encargada de esa investigación y durante ese período fue objeto de un seguimiento y chuponeo.
Eso ha sacado chispas con los "señores" periodistas, de manera especial a doña Rosa María Palacios porque su esposo Alberto Varillas era el gerente general de PetroTech cuando se produjo el seguimiento contra Guevara Trelles.
Es por eso que ellos, los "señores" periodistas, pierden objetividad y equilibrio al verse descubierto el juego empresarial que había desatado el esposo de Rosa María Palacios, Alberto Varillas.
Ese es el mal espíritu de cuerpo entre periodistas.
Así no es.
Otro si digo:
Nadie dijo nada de nada cuando se produjo el descubrimiento del chuponeo y seguimiento del parlamentario aprista Miguel Guevara Trelles. Será acaso porque es aprista?
Pero si hubiese habido un pequeño indicio de seguimiento a uno de ellos, recontra seguro que hubieran puesto el grito en el cielo, con denuncias a nivel mundial, pero como Guevara es un aprista no interesa, no importa.
Así son nuestros periodistas "criollos", vivos, sabidos, dueños de la verdad e incansables defensores de la libertad de expresión, cuando en la realidad han perdido credibilidad y seriedad por defender sus cochinos y angurrientos intereses.
En todo caso, para terminar con estos malentendidos es conveniente, recontra porsiaca, que la señora Rosa María Palacios en su programa Prensa Libre invite a su esposo, en calidad de ex gerente general de Petrotech y, con su estilo supuestamente filudo, mordaz, incisivo lo conduzca a decir la verdad y solo la verdad del caso del chuponeo. Así podrá recuperar algo de su antaña credibilidad.
Así, además, podemos dejar atrás esa ya famosa popular: ¡Viva el chuponeo en el Perú!

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