domingo, 31 de mayo de 2009

UNA MIRADA A LA ECONOMIA SUDAMERICANA






Una mirada a la economía sudamericana por los ojos de expertos internacionales nos hace sentir un sentimiento de tranquilidad por el manejo serio, prudente y equilibrado de la economía de nuestro país.
Es que en el citado y apretado informe tocan de relancina la situación peruana y tratan más de Argentina, Chile, Brasil, Colombia y México y los efectos de la crisis internacional.
Por eso las aves de malaguero, que andan diciendo y diciendo ya está el cuco aquí con relación a la crisis internacional, pues esos agoreros de las tempestades de quedan con los crespos hechos al comprobar que la economía peruana tiene un soporte correcto para el azote económico que afecta al primer mundo.
No se puede mezquinar a Luis Carranza y su equipo en el portafolio de economía los aportes en el manejo de un proceso que hoy tiene como uno de sus principales logros haber reducido la pobreza de 48% a 36%, tal como lo viene afirmando en cuanta entrevista y presentación pública el ex Primer Ministro, Jorge Del Castillo, quien fue el pilar para sentar las bases del despunte del Perú.
El informe que acontinuación leemos fue publicado en el diario argentino "La Nación":


La crisis en América latina

Los principales indicadores cayeron fuerte en el primer semestre del año; sin embargo, a diferencia de otros colapsos financieros, los países de la región están mejor preparados para salir de la coyuntura gracias a la venta de materias primas y commodities

Cuando la crisis de las hipotecas subprime estalló en los Estados Unidos, a mediados de 2007, América latina la miró por los diarios.

Un año después, cuando onda expansiva de aquel estallido llegó a Wall Street y cayó el banco Lehman Brothers, la región siguió mirando de reojo una crisis que no lo afectada directamente.

Pero el segundo semestre del año pasado, de la mano de un freno de la economía de todo el mundo, América latina sintió las consecuencias.

Pese a los matices de cada país, que están más relacionados con la política interna que con la crisis internacional, esta vez la región no ha sufrido tanto como otras veces las desventuras económicas. Y más aún, la recuperación de estos países será antes que la de las economías centrales.

A los datos. Según el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) para América latina, la región tocará fondo en el primer semestre de 2009 y luego retomará el camino de la recuperación.

El organismo considera el conjunto de estas economías caerán un 1,5 por ciento, después de años de crecimiento.

Para 2010 se verá una expansión en conjunto de un 1,6%.Un informe preparado por el Grupo de Diarios de América (GDA), que conforman 11 diarios de la región, da cuenta que algunos indicadores ya muestran las consecuencias de la caída de la actividad.

Por caso, el producto bruto interno (PBI) caerá este año después de un 2008 de fuerte expansión. Argentina (7%); Brasil (5,2); Chile (3,2); Ecuador (6,52); México (1,3%); Perú (9,8%) y Venezuela (3,2%) son una muestra de la performance de la región en 2008.

Pero ese panorama cambió. Según datos disponibles al primer trimestre del año, la economía local cayó un 3% de acuerdo con un documento de Prefinex.

Siguiendo los datos del Indicador Glogal de la Actividad Económica de México, por citar otro ejemplo, la economía de ese país tuvo una contracción de 9,31 por ciento en el mismo período.

La luz de esperanza, para gran parte de los países de la región, está en la columna de las ventas al exterior.

Basta ver lo que América latina coloca en el mundo para entender el porqué de la caída menos trágica que en otras crisis anteriores. Entre los principales productos, Argentina vende harina y porotos de soja, maíz en grano y trigo.

Sólo después viene el primer producto manufacturado: automóviles de 1500 a 3000 cilindradas.

En Brasil sucede algo parecido. Los primeros lugares de los bienes exportables son para los minerales ferrosos, los derivados del petróleo, la carne y las aves. Y luego sí, los automotores.

Si se repasa la lista de los otros países de América latina sucede algo similar. Chile vende al exterior mineral de cobre y sus derivados, luego otros metales y finalmente, pasta química de madera.

Colombia, basa sus ventas a otros países en su producción de combustibles (que representan el 46% del total), café, materias plásticas, perlas finas y flores. Pues he aquí la luz de esperanza: la mayoría de estos productos han logrado acomodarse en un mundo que ha dejado de consumir muchos bienes manufacturas, pero que mantiene el interés en las materias primas, los alimentos y los combustibles.

La excepción es México. Allí sí la cosa está complicada. Un párrafo del Informe sobre la inversión extranjera directa (IED), elaborado y difundido esta semana por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) da cuenta de la particularidad del la economía mexicana.

"La desaceleración de la economía estadounidense, principal destino de las exportaciones de México y la cuenca del Caribe, puso en serios aprietos a algunas de las mayores industrias manufactureras de la subregión: automotriz, electrónica y de textiles y confecciones -dice el trabajo-.

En los tres casos, se registraron recortes de personal, paros técnicos o cierres de plantas, que, en conjunto, han contribuido a desincentivar el IED. De estas industrias, la automotriz es la que parece enfrentar la situación más crítica y el proceso de reestructuración a nivel global más radical, aunque los efectos de este proceso en la región son aún inciertos."

Otros puntos a favor de la región son los destinos de las exportaciones. Sucede que la mayoría de los países han logrado diversificar los compradores de sus productos. La excepción es, una vez más, México.

Por ejemplo, la Argentina vende el 16,5% de sus productos a Brasil, el 9,9% a Chile, el 8% a China y el 7,2% a los Estados Unidos. El socio mayor del Mercosur, Brasil, envía el 47% de los productos a la Unión Europea y a China; sólo el 11,5% va a los Estados Unidos. Justamente esa es una de las fortalezas de la región.

Premeditado o no, los mercados se han diversificado y no se depende tanto de lo que pase o deje de pasar en los Estados Unidos. México, la excepción

México tiene un portafolio muy distinto: sus vecinos del Norte compran el 80,75% de las exportaciones totales; apenas el 19,25% se dirigen al resto del mundo. Además, el gobierno de México tuvo que soportar alguna medida proteccionista dictada por la administración de Barack Obama que prohibió el ingreso de camiones mexicanos pese a lo que establece el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (Tlcan).

Frente a este panorama, los consumidores reaccionaron de diversas formas. En la Argentina, de acuerdo con lo que revela el índice de confianza del consumidor (ICC) elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella, las expectativas cayeron en 2008 un 28,15%, a lo que habría que sumar una baja adicional de un 17,7% en el primer trimestre del año. Muy por encima de la caída de los países vecinos.

En Brasil, los consumidores fueron algo más optimistas. El año pasado, según la Investigación Mensual de Comercio, en el acumulado de enero de 2008 a 2009 el indicador cayó un 8,7 por ciento.

En Chile, en el mismo período, la baja fue de un 1,9 por ciento. En México, la caída de la actividad industrial y la baja en las exportaciones arrastraron las conductas de los consumidores. Si se siguen los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el consumo registró una de sus peores caídas en los últimos siete años: descendió un 8,7 por ciento.

Otro sector que se vio afectado fue el inmobiliario. En la Capital Federal, único distrito que publica los datos, las escrituras aumentaron un 6,1% en 2008 frente a 2007, pero en el primer trimestre de este año la caída fue estrepitosa: un 47,6 por ciento.

En Chile, la merma ya se notó el año pasado. Las ventas de inmuebles bajaron un 22% frente a 2007.

En Colombia, la transacciones bajaron un 32%, con una tendencia que la Coordenada Urbana -muestra que toma el pulso al sector- ya vislumbra para este año.

Una de las características que tiene la región es la absoluta falta de coordinación económica que tienen los países.

A diferencia de lo que sucede en otros confines, por ejemplo la Unión Europea, los gobiernos regionales no han actuado sincronizadamente. Cada uno, con su receta.

Luiz Inacio Lula da Silva, en Brasil, ha mostrado su pragmatismo a la hora de salir a capear el vendaval. El brasileño utilizó a su activo Banco Nacional de Desarrollo, una entidad de fomento que tiene gimnasia y cintura como para destinar fondos frescos a los sectores necesitados. El bombero financiero recibió 45.000 millones de dólares, que volcó inmediatamente a la economía real, no sin antes disponer una laxitud mayor a la hora de categorizar para un crédito.

Antes de terminar 2008, aplicó una baja a los impuestos para algunos rubros, como los automóviles, las materiales de la construcción, y a algunos electrodomésticos, como heladeras, lavarropas y cocinas.

La industria y los consumidores aplauden. Anuncios

La Argentina, como se sabe, optó por anuncios y más anuncios con dinero de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). A diferencia del Bndes, la Anses no tiene gimnasia para ir rápido con su billetera en socorro de la economía real. Resultado: muchos anuncios quedaron a medio camino y nunca lograron motorizar el consumo o la industria, según se trate.

Chile intercaló inversión con asistencialismo. Para el primer cometido, capitalizó con 1000 millones de dólares a Codelco -empresa estatal de cobre- para que mantuviera y ampliara su plan de inversiones. Junto con eso, entregó 70 dólares a cada familiar a cargo como parte de una mejora del ingreso para fomentar el consumo.

También entregó el BancoEstado, el ex Banco del Estado, 500 millones de dólares para créditos a familias y medianas empresas. Otra de las medidas del gobierno de Michelle Bachelet fue un subsidio a la contratación de jóvenes que consta de un aporte del 20% de los sueldos de los trabajadores de entre los 18 y 25 años.

México, el más complicado de la región, optó por las recetas ortodoxas. El 1° de abril, el gobierno anunció que había pedido al Fondo Monetario Internacional (FMI) una línea de crédito preventivo por 47.000 millones de dólares. Con ese dinero disponible, piensa el gobierno, contendrá los efectos de la crisis. De esta manera, México volvió a golpear las puertas de la entidad financiera desde fines de la década de 1990.

Así está la región. Con sus diferencias y matices. Con algunas ventajas sobre otros lugares del mundo que no saben a quién venderles sus productos terminados. Así está la región, topándose de vuelta con el destino de ser un gran productor de materias. Justamente ese destino, que muchas veces fue cuestionado, parece ser ahora el salvavidas al que se aferra América latina.

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