miércoles, 25 de febrero de 2009

...No la dejan descansar a Meche...

Otro de los principales periodistas de opinión, Juan Paredes Castro, Editor de la Sección Polìtica del diario "El Comercio", analizó las recientes medidas disciplinarias impuestas por la flamante Ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, contra miembros de la policía:

La crisis de la policía: del árbol al bosque

Por: Juan Paredes Castro

La ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, ha hecho bien y mal al sacar a relucir su autoridad frente a dos casos de escándalo policial.
Ha hecho bien por la oportunidad con que ha actuado, desde la posición política de su cargo y desde el inevitable y legítimo aprovechamiento mediático que le brindaban los hechos: de un lado el accidente provocado por una pareja de policías ebrios, a los que compañeros suyos de una comisaría trataron de encubrir; y de otro la revelación de que había sido puesta en la Internet una filmación casera de policías mujeres sorprendidas semidesnudas en sus habitaciones, aparentemente en una invasión de su privacidad.
Ha hecho mal porque a la hora de su intervención frente a estos escándalos no dejó que el director de la Policía Nacional actuara en primera instancia para precisamente permitir que los respectivos roles jerárquicos de la institución, de general a paje y a su turno, asumieran sus responsabilidades.
Claro que podría tratarse, en ella, de un estilo político propio y de una energía ejecutiva ministerial a prueba de estreno. Bien. Pero cuando se trata de la necesidad de que un ministro del Interior no confunda su papel con el del director de la policía, como hacía hasta hace poco Remigio Hernani, lo que espera la opinión pública es que a la hora en que aparecen actos escandalosos como los denunciados sea el propio director de la policía quien dé la cara. Y que todo el mundo sepa, por supuesto, que la ministra está atrás. Con esto no queremos invitar a Mercedes Cabanillas a bajar la guardia ante la indisciplina y la corrupción policiales. Lo que queremos decirle es que guarde reservas políticas y de exposición pública para la tarea grande que le espera: meterse con la estructura de corrupción mayor de esa institución, piano, piano, y con resultados.
Por mirar cada árbol del bosque (¡y vaya arbolitos con los que se va a encontrar!) Cabanillas no debe ni puede perder de vista el bosque: todo lo que en grande debe remover en el Ministerio del Interior y en la Policía Nacional. La voluntad política que ha traído a su mandato es sumamente aleccionante. Solo que tiene que usarla bien, empezando por no perderse en cosas menudas.
Para decirlo más claramente: ¿a quiénes va a hacer responsables el director de la Policía Nacional de los hechos denunciados ayer? ¿A quién, por Dios? ¿A algún director sectorial? ¿A algún jefe de comisaría? ¿Qué grandote va a caer?
Esto es lo que nunca queda en claro porque de por medio intervino la ministra o porque de por medio también se coló, como siempre, la impunidad.

Una vez más los comentarios se los dejó a ustedes...

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