viernes, 27 de febrero de 2009

Meche ante los ojos de los columnistas

En la saga de columnas y opiniones de los principales periodistas del medio continúa despertando interés la designación de Mercedes Cabanillas en el despacho del Interior, de manera especial sobre decisiones que buscan restituir el orden y la autoridad en un sector tan complicado como es el policial.
Ello ha provocado que tanto Fritz Du Bois, director de Perú 21, y el ex director de ese mismo diario y actual columnista de La República, Augusto Alvarez Rodrich, den su punto de vista con ciertas coincidencias que ustedes podrán apreciar seguidamente, en sendas columnas que les consignamos:

¿La Thatcher peruana?
Autor: Fritz Du Bois

Los primeros días de la Sra. Cabanillas en el Interior confirmarían que está tratando de cultivar la imagen de la 'Dama de Hierro Peruana’. Considerando que la inseguridad ciudadana no puede ser peor, lo que ha llevado a la población a sentirse asediada, no tenemos duda de que esta ovacionará cualquier muestra de autoridad.Pero hay que tener cuidado, ya que entre la obsesión por mostrar autoridad y la intolerancia hay una delgada línea divisoria que es fácil de sobrepasar. El episodio de las policías filmadas luego de ducharse es un caso en cuestión. A primera vista, daría la impresión de que ellas son, más bien, las agraviadas, ya que se ha violado su derecho a la privacidad al haberse difundido públicamente por internet una grabación realizada entre compañeras. Sin embargo, han sido sancionadas por la propia ministra en el acto, posiblemente buscando aplausos, pero con poca posibilidad de haber reflexionado antes de tomar tal decisión.Por ello, le sugeriría a la Sra. Cabanillas que evalúe todo el accionar de Thatcher –no solo su imagen de dureza– para que cumpla una buena gestión. En primer lugar, está el concepto de la competencia en el manejo del sector público para lograr que el contribuyente obtenga valor. Pensar que un convenio con Petroperú –ineficiente empresa estatal que está involucrada en cuanto escándalo hay– va a solucionar el problema de la corrupción policial demuestra gran ingenuidad. Más bien, le sugiero que adopte una posición thatcheriana más radical y que tercerice todo el manejo presupuestal.También está el principio de diferenciar el accionar individual del empleado estatal para poder recompensar el esfuerzo y la productividad. Aplicado a la policía, le permitiría ir vinculando una porción de la remuneración a la reducción de los índices de delincuencia por distrito o delegación, creándose de esa manera un incentivo que hoy no existe para que los efectivos salgan de la comisaría a combatir la criminalidad.Finalmente, está la habilidad de mantener el principio de autoridad sin poner en riesgo la libertad individual. Por toda su fama de 'Dama de Hierro’, y con conflictos armados tanto internos como externos durante su gobierno, el hecho real es que Thatcher nunca restringió las libertades cívicas del británico. Lograr ese equilibrio es lo que la ministra debe tratar de imitar.

La autoridad del principio

Por Augusto Álvarez Rodrich

La PNP necesita liderazgo enérgico pero justo.
Está muy bien que Mercedes Cabanillas haya empezado su actuación como ministra del Interior con expresiones que transmitan su intención de restaurar el principio de autoridad en una institución que lo ha perdido hace mucho tiempo. Pero cuidado con el abuso y con limitar las sanciones a las sardinas y obviarlas para los tiburones de la policía.
En este sentido, fue una decisión valiosa de Cabanillas la expulsión inmediata de los dos policías que, en completo estado de ebriedad, ocasionaron un triple choque en Monterrico. No hay duda del delito y solo queda proceder con la sanción enérgica que debería servir –lo que es más importante– como advertencia al resto de integrantes de la institución.
A diferencia, no parece haber sido muy feliz la decisión de la ministra Cabanillas en el caso de las cuatro policías que han sido separadas temporalmente y que podrían ser expulsadas porque un video en el que ellas aparecen semidesnudas fue colgado en ‘cholotube’ –una página web caliente– y recibió a unos cien mil visitantes.
Estas policías no han cometido algún delito. Por el contrario, han sido víctimas de la persona que violó su intimidad al difundir imágenes íntimas sin su consentimiento. Más allá de alguna broma que se juegan entre ellas, no están realizando nada muy, digamos, ‘espectacular’. Y, para decirlo con más claridad, aún si estuvieran realizando algún acto sexual, eso corresponde estrictamente al ámbito privado en el que nadie tiene derecho a ingresar.
Si por lo visto en ese video, la ministra Cabanillas cree que hay una infracción, pues está en un error garrafal y en un exceso de cucufatería. Y si, peor aún, lo quisiera usar para castigar a estas cuatro policías con el fin de fortalecer su imagen de ‘Thatcher’ –la cual no le viene mal– pues sería algo condenable desde todo punto de vista.
Restaurar el principio de autoridad en una entidad en donde este se ha perdido como consecuencia de muchos años de manejo incompetente y corrupto es indispensable. Pero actuar de acuerdo con ese dicho lamentable que prima en muchas entidades de que ‘autoridad que no abusa, se desprestigia’, sería inaceptable y contradictorio con la necesidad de reconstruir los valores en la institución, lo cual solo se va a lograr gracias a un liderazgo enérgico pero justo.
Finalmente, la nueva ministra no debiera olvidar que la corrupción más relevante en la policía no está en los mandos inferiores, sino en los tiburones que desde hace tanto tiempo se la llevan fácil ante la indiferencia y hasta la complicidad de muchas autoridades.

La gigantesco pregunta es si ambos dan sus opiniones con el propósito de colaborar en señalar una perspectiva que le permita a doña Meche promover una aceptación gestión o en todo caso son las primeras señales de un cuestionamiento a su paso por el portafolio de CORPAC. Claro que todo es cuestión de tiempo.

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